miércoles, 28 de marzo de 2012

Síndrome de Estocolmo

El Partido Popular ganó las elecciones autonómicas de Andalucía este último fin de semana. Los resultados han sido 50 escaños para los populares, 47 para los socialistas y 12 para IU que es el partido que ha conseguido la remontada más alta con respecto a las últimas.

A pesar de los esfuerzos del PP por sacar la mayoría absoluta, la subida no ha sido suficiente y es muy posible que se pacte un gobierno entre PSOE-IU. Es la triste victoria de un partido al que se le ha impuesto, para poder gobernar, la obligación de la mayoría absoluta. Y la dulce derrota de un PSOE que durante toda la jornada de elecciones, en lo único que pensaba era en que el PP no sacara los 55 escaños, suficientes para formar gobierno.

Al igual que hace 200 años, cuando España navegaba a la deriva entre un reinado liberal y uno absolutista, Andalucía, ha elegido seguir con el absolutismo, con el gobierno del “más de lo mismo”, con el “yo hago lo que quiero porque quiero”. Son ya tres décadas y al parecer todavía no es suficiente.

Es como una especie de síndrome de Estocolmo en el que el secuestrado ayuda a que la policía no encuentre a su secuestrador. Es la complicidad entre una víctima, Andalucía, y el mismo que está causándole el daño.

Y es así como lo han vivido algunos medios de comunicación que no se explican cómo puede una comunidad autónoma seguir con la misma política si se le da la oportunidad de cambiar, de probar otras cosas, de evitar que sucumba en la más agonizante crisis, no solo económica, sino de confianza en nuestros políticos.

Cómo se espera que después de los escándalos de los Chaves, Paula e Iván, sobre todo los 10 millones de euros del “caso Matsa” y que después del caso de los EREs falsos, prejubilaciones fraudulentas bañadas de copas, fiestas y cocaína a mansalva, cómo se espera que después de esto la credibilidad en la clase política se mantenga si no la cambiamos.

El pueblo ha hablado y hay que respetar su decisión. Ha decidido que el PP gane estas elecciones, y eso es lo que ha pasado. Ha decidido que el PSOE las pierda y las ha perdido. Ha decidido que IU doble su número de escaños con respecto a las últimas y así ha sido. Es decir, que ha habido cambios en el número de escaños desde el 2008.

El problema es que cuando el pueblo habla con la boca chica…, pasa lo que pasa, que por mucho que cambien los votos, no es suficiente. Para dar una lección a un gobierno, por su mala gestión, el zarpazo de las urnas debe de ser contundente, como el de las últimas elecciones generales, por ejemplo. Pero así no, a medias entre la contundencia, entre lo drástico y lo débil no se da lección alguna.

Y cuando no se da lección alguna lo que ocurre es esto: que el número de votos baile de un partido a otro, que el número de escaños baile de un partido a otro y que las cosas sigan igual que estaban; que posiblemente gobiernen los mismos y que no haya servido absolutamente para nada ganar una elecciones.

lunes, 12 de marzo de 2012

El discurso de Morfeo

Según la mitología griega, Morfeo, es el Dios de los sueños. Hijo de Hipnos y de Pasítea.
Pero también, se les han llamado con este nombre a personajes como al que representa el actor Laurence Fishburne, capitán de la “Nabucodonosor”, una de las naves de la saga Matrix, de los Hermanos Wachowski,  por ejemplo.
Supongo que la elección del nombre, Morfeo, fue porque este creía en un oráculo, en una profecía y en que un sueño se podía hacer realidad. Este Morfeo creía en “el elegido”, el hombre que, según sus sueños, sus creencias, llegaría a salvarles de la invasión del “mundo de las máquinas”.

Es curioso porque al ver las últimas noticias de las protestas de los sindicatos contra la reforma laboral de este domingo, independientemente de que el día y la fecha escogidos no son los más indicados por querer jugar a que la representación trágica fustigue aún más a un pueblo todavía dolido e indignado con el 11M, y de la convocatoria de una huelga general para este 29 de marzo, me ha venido a la cabeza el discurso del Morfeo de Matrix, en la ciudad de Sión ante todo el pueblo.
Rajoy debería tomar nota de este discurso. Es espectacular cuando Morfeo hace callar a todos con las manos y los brazos abiertos hacia delante y grita: “¡Sión escuchadme!” -el pueblo se calla- “Lo que muchos habéis oído es cierto…”

A este gobierno no se le va a dar tregua ninguna. Desde el primer día, Europa le está haciendo la vida imposible para que recorte del déficit público. Ahora son los sindicatos los que salen a la calle para protestar por la reforma laboral y tensar aún más el nudo. No se le ha dado ni los 100 días de cortesía. Pero todo esto era de esperar. Después de los últimos coletazos del anterior gobierno con la prima de riesgo subiendo como la espuma… 100 días es una eternidad. De hecho Mariano Rajoy ya lo auguró cuando fue pillado hablando con sus homólogos europeos diciendo que “la reforma laboral me va a costar una huelga”. Vamos, que los sindicatos han sido totalmente predecibles, tratándose de los dos mandamases o líderes sindicales mayoritarios, no se podía esperar otra cosa: meter miedo a la población con una huelga prontito y rápido y poco más, que viene el toro de la derecha y toca trabajar todo lo que no se ha hecho en los últimos años.  

“Os pido que me creáis cuando afirmo que se acercan tiempos difíciles” –seguía diciendo Morfeo- “pero para poder estar preparados debemos librarnos de todos nuestros temores. Hoy estoy aquí ante vosotros y no tengo ningún miedo.”

Rajoy debería plantarse delante de la gente y robarle este discurso al gran Morfeo: “¿Por qué? ¿Por tener un credo diferente al vuestro? No. Si hoy estoy aquí sin miedo es porque tengo memoria.”

Ya hemos vivido esto antes aunque quizá no con tanta intensidad, pero sí que los hemos vivido. Tenemos memoria y sabemos que no es la primera vez que un gobierno socialista deja al país hecho un desastre en mitad de una crisis y tiene que llegar el PP a arreglar la economía y a estar dispuesto a que lo tachen de recortar el sueldo y las libertades de los trabajadores. La memoria es algo esencial para la política, para no caer en los errores, aprender de los fallos y saber quienes han estado dispuestos a luchar para levantar a un país y quienes se han dedicado a poner zancadillas.

“Y tengo presente que estoy aquí no por el camino que aún se abre ante mí, sino por el camino que ha quedado detrás de mí” “Y tengo presente lo más importante: ¡Aún estamos aquí!”

Morfeo sigue subido en su roca mirando fijamente a su público: “¡Hagamos que se estremezca esta cueva! ¡Esta noche hagamos que tiemblen estas entrañas de tierra, hierro y piedra! ¡Que se nos oiga desde el núcleo incandescente hasta el cielo negro! Esta noche, les diremos que tengan muy bien presente
¡¡¡¡QUE ESTO ES SIÓN Y QUE NO TENEMOS MIEDO!!!! 

viernes, 17 de febrero de 2012

Cuidado con los móviles

Todas las personas, en general, solemos tener muchas cosas en las que pensar.  A algunas de estas cosas le ponemos, por simple necesidad, más atención que a otras, pero queremos hacerlas todas, así que por esa razón descuidamos unas, mientras que le ponemos atención a otras y viceversa.

No estoy hablando ni mucho menos del viejo mito ese de que los hombres no pueden hacer dos cosas a la vez y las mujeres sí. Me refiero a las personas en general.

Ahora, con los teléfonos móviles estos que son de todo menos teléfonos, si os dais cuenta va mucha gente por la calle mirando el móvil, nos entretenemos muchísimo y desatendemos otras cosas que estamos haciendo al mismo tiempo como por ejemplo andar.

A estos teléfonos, aparte de las llamadas, como son ordenadores, les llega el correo electrónico, mientras que es posible que estés subiendo una fotillo a Facebook, pendiente de alguna noticia de Twitter y hablando con alguien por WhatsApp. En definitiva, una auténtica locura intentar andar tranquilamente por la calle esquivando a los demás transeúntes, y obstáculos.

A todas estas cosas se les puede sumar que, como decía el título de un artículo de Arturo Pérez Reverte que leí hace tiempo, existe otro peligro añadido a andar por la calle que es la presencia en nuestras aceras de “el minador enmascarado”. Este “minador”, es una persona que tiene una mascota, lo saca a la calle con la escusa de ir paseando, pero en realidad es para cagar, y algunas veces incluso le mete prisa para que lo haga porque tiene otras cosas que hacer.
Cuando el pobre animalillo se pone ha hacer sus necesidades, el dueño se hace cruces, porque lo está haciendo justo cuando pasa gente y como no quiere recoger la mierda, mira para otro lado como si no se estuviera dando cuenta de lo que está haciendo su perrito.
Suelen ser personas que, como contaba ayer Arcadi Espada, “lo que jamás permitirían a sus hijos, esto es atravesar el salón con las pezuñas caga-das se lo permiten al bulldog”.

Pero bueno, a lo que vamos, pongámonos en situación, tú vas por la calle, andando, por la acera, para el super mismo, ayer sin ir más lejos, te suena el móvil, un mensaje de WhatsApp, contestas, y ya que lo tienes en la mano miras como va el Facebook, cruzas una calle mirando si vienen coches, pasa una señora mayor y por educación la saludas –buenas tardes-, ella contesta muy educada –buenas-, parece que no hay novedades en las redes, una amiga que va andando por la otra acera levanta el brazo, tú haces lo mismo –no me paro que llevo prisa-, miras de nuevo a la pequeña pantalla y PLAFH, el “minador” lo ha vuelto a hacer.

La culpa de todo esto la tienen los móviles nuevos estos que han sacado que nos tienen la cabeza ocupada y descuidamos las demás cosas. Si es que no puede ser. Porque quién le va a echar la culpa a los pobres animalitos que solo están haciendo sus necesidades. Ni a sus dueños tampoco, no, ellos bastante tienen con sacarlos todos los días que es mucho más de lo que hago yo por el bien de la fauna urbana.
No. Los putos móviles tienen la culpa. Sí, ellos son.  

martes, 7 de febrero de 2012

El Tribunal de Arbitraje Deportivo sanciona a Alberto Contador

Todos conocemos la frase aquella de que “todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario”. Bien, pues en el caso del ciclista Contador, la frase ha cambiado significativamente. Se ha convertido en “Contador es culpable hasta que demuestre su inocencia”.

El Tribunal de Arbitraje Deportivo no sabe de dónde vienen los 50 picogramos de clenbuterol, una sustancia prohibida por la Agencia Internacional Antidopaje, que aparecen en el análisis de sangre del ciclista.

Dice que es “poco probable” que sea por una transfusión de sangre. Tampoco cree en la hipótesis de que sea por carne contaminada, que era lo que decía la defensa del corredor. Es posible, que el clenbuterol fuera ingerido como complemento alimenticio pero sus compañeros no dieron positivo, así es que la cosa se complica y creen posible que tomó un complemento “contaminado”, solo él.

Pero en esas cantidades podría provenir también del agua corriente o incluso de un helado. Es decir, que “no está convencido de lo que sucedió en realidad”.
Sin saber exactamente cual fue la causa de la existencia de esa sustancia, el Tribunal condena a Contador por la “responsabilidad objetiva” que todo deportista debe tener para no tomar sustancias prohibidas. Pero ¿y si se desconoce cual es la sustancia prohibida? ¿Y si se desconoce que es lo que no se puede tomar?

Alberto Contador es por tanto culpable por tomar una sustancia que el Tribual no sabe donde se encontraba y que el ciclista no sabe cómo llegó a su cuerpo. Y como Contador no ha podido demostrar cómo llegó exactamente a su sangre pues es culpable.
Yo creía que los acusados eran inocentes hasta que se demostrara su culpabilidad, no culpables hasta que demuestren su inocencia.

Dos años de sanción y le quitan todos los triunfos conseguidos desde el 21 de junio de 2010. Un poco excesivo para no saber de donde viene la cosa. Un poco excesivo para no saber nada de nada.

Alberto no ha podido demostrar su inocencia.   

viernes, 3 de febrero de 2012

El socialismo enfermo

El socialismo de hoy día está enfermo, griposo y por supuesto necesita un cambio para poder realzar su autoestima y salir de su dolencia. Ya lo dije en algún artículo anterior. Para cambiar, para restaurar la confianza en los valores del PSOE, los candidatos que se van a presentar a las primarias se quedan cortitos, no llegan y no dan la talla. No se sale de una enfermedad si se queda dentro el virus que la ha provocado.

Muchos dirían, que ese virus es ZP y le echarían al ex-presidente todas las culpas del desastre electoral, y responderían que el virus ya se marcha, pero eso no es cierto.
Este argumento solo podría valer si Zapatero hubiera hecho su trabajo, que no era otro que presentarse él a las elecciones y no pasarle el testigo (sin primarias) a Rubalcaba. En otras palabras, cargar él con el palo de las elecciones y así quemarse solo. 

Pero claro, no se hizo bien. El desastre y al mismo tiempo el desgaste de un fracaso electoral tan inmenso como el de las últimas, lo pagó otro. Gran error.
Si Rubalcaba no hubiera perdido unas elecciones nadie se hubiera preguntado ¿por qué no dimite? ¿Por qué no dimitió cuando era lo más lógico?

Ahora el PSOE tiene a un candidato en el que la gente no cree y a una candidata que nadie ve como la gran renovación del partido.

La pobre Carme, que tanto ha trabajado para que se le vea como catalana y nada más que catalana, ahora tiene que desandar lo andado e intentar que todo el mundo piense que es “andaluza de pura zepa”. Pero no cuela. No. Va a ser que no.

Ya lo decía ayer Antonio Burgos, se le ve el plumero, solo hay que verla aplaudir: “de cualquier manera, menos como una andaluza”.

En fin, que gane el mejor…, o el peor.

lunes, 30 de enero de 2012

Presentación a dúo del disco "donde la luna se esconde" de Lucas Rodríguez y Cía. Teatro de Montalbán

Suena un móvil (Fran sentado en el patio de butacas y Enrique tras el telón)

Enri: (escondido tras el telón) Dime.

Fran: (en las butacas) Oye ¿Dónde estás? Que nos está esperando todo el mundo para presentar esto.

Enri: En el Teatro. ¿Y tú?

Fran: ¡En el Teatro cómo vas a estar si aquí estoy yo! Venga y no tardes que está aquí todo el mundo. Voy a ir presentándolo yo, ya me inventaré algo mientras que tú llegas. (Fran sube al escenario).

Hola, buenas tardes, perdonen la tardanza pero es que mi compañero, el que tenía que presentar conmigo se ha retrasado.

Enri: (Sale vistiéndose) Hola buenas, ¿Quién ha dicho que yo me haya retrasado?
Fran: Bueno aquí está… otra vez estamos los mismos protagonistas en el teatro de Montalbán.  Como la semana pasada, ¿recuerdas que fin de semana tan intenso? Lucas Rodríguez y Cía. nos presentó su primer disco en tres conciertos, viernes, sábado y domingo, los pobres acabaron agotados.

Enri: Como que acabaron?? Sólo ellos?? Y tú y yo qué?? Nosotros también teníamos nuestra función. O no te acuerdas que tú presentaste el domingo y yo el sábado?

Fran: Ah!! Es verdad!! Es un detalle que se vuelvan a acordar de nosotros. Por cierto, tu presentación aquel día quedó bastante bien. Lo que nos reímos…

Enri: que va, la tuya fue mejor, más formal, más acorde con la ocasión…

Fran: sí pero a mi se me olvidó decirle a la gente que los discos estaban a la venta en el mostrador de la entrada. Hoy no se me olvida (pensado de memoria), los discos se venden en la entrada.

Enri: bueno… vamos a dejarlo en que la mejor presentación fue la de Juan Luis del viernes.

Fran: sí, tienes razón, eso fue todo un manual de cómo presentar un disco.

Enri: sí, un manual pero de 300 páginas.

Fran: hombre, no digas eso, que ese día estaban aquí las autoridades y gente del mundo de la música, y no merecían menos. Por cierto, aprovecho para saludarles, que no quiero hacer como Manuel Jiménez “el representador” de Juan Luis…

Enri: sí, que aprovechó la ocasión para NO saludarles.

Fran: ese día vino hasta el Queco.

Enri: que vino?? Que todavía no se ha ido, que esta el tío todavía comiendo en la cafetería.

Fran: que detalle tuvo Lucas ese día al invitar a todo el teatro a unas tapas y unas copas

Enri: hoy no!!

Fran: es que Lucas es muy detallista, ¿no has visto el escenario que ha montado, todo al milímetro…

Enri: con este baúl, del que me he quedado con las ganas de salir para presentar…

Fran: ¿y el decorado, el entarimado, la puesta en escena…? Todo salió de su privilegiada cabeza, como la letra y la música de las canciones que compone: pop, rock, baladas, tangos, salsas…

Enri: para la romería está preparando unas sevillanas.

Fran: hombre es que tiene mucha suerte, porque a los músicos que tiene no se les puede poner ni una pega

Enri: una le pondría yo… que si fueran más guapos tendría más mujeres en el club de fans, que ahora mismo estamos solo el Pedro (fata), tú y yo.

Fran: hablando de sus músicos, que buenos los solos de guitarra de Miguel Ruz!!

Enri: ¿de quién?

Fran: coño, del kaelo

Enri: ah!! Sí!! Yo es que por los nombres… sí, sí, el hombre tranquilo, yo no me explico como puede tocar tan bien la guitarra con esos dedos tan gordos.

Fran: y el bajo de Juan Ortega ¿no suena bien?

Enri: bueno… mira si suena bien, que el último día de concierto, el domingo, lo vendió

Fran: entonces más a mi favor, hoy con uno nuevo sonará mejor.  Y el trío de cuerda lo completa Vidal Bascón con la guitarra rítmica.

Enri: tú ves, Vidal sí, él sí que hace bien los coros.

Fran: ¿y los teclados de Alfonso Lastres? 

Enri: otra vez con los nombres

Fran: coño el Alfonso el municipal

Enri: a Alfonso lo habrán cogido por si van tarde a algún concierto, que encienda las sirenas.

Fran: ¿y los 3 metales? Vienen de la Rambla, de la Agrupación Musical del Cristo de la Expiración. Una trompeta, José Manuel del Río, y dos trombones, Antonio Zamorano…

Enri: buen futbolista

Fran:… y Antonio Navarrete.

Enri: yo los oí el otro día afinar y probar los instrumentos en el camerino y dije… coño, ya está aquí el certamen de bandas.

Fran: y todo esto al ritmo que Juan Rodríguez marca con la batería. Manejando perfectamente las baquetas con sus 10 dedos.

Enri: perdona que te corrija: 9 dedos y medio, que es más difícil.

Fran: pero estos del grupo no son nadie sin el que manda de verdad, su hermano Cristobi

Enri: ah!! Claro, el manager.

Fran: no hombre, "el pipas", el que afina y pone a punto los instrumentos.

Enri: y el que trae el whisky, que también pone a punto las gargantas. Eso sí que es un espectáculo verlo “desfilar” por medio del escenario en mitad de  una canción.

Fran: si al menos, cuando entrara al escenario el juego de luces lo disimularan…

Enri: demasiado!! Si la que maneja las luces es su hermana Inma. Que le han puesto un atril allí en la esquina, que parece que va a dar un mitin.

Fran: no hables de las luces, que yo se de uno que estuvo el fin de semana pasado manejando el cañón de luz y tampoco era muy fino…

Enri: sssshhhh!! Cállate. Por qué te crees que hoy lo está manejando el Pedro (fata). Tampoco hace falta que lo publiques a los 4 vientos.

Fran: su hermana Inma, la técnica de luces, y desde Montilla, Curro, el técnico de sonido. Que hombre tan profesional y entregado.

Enri: y paciente, no se quedó “jarto” (bájale a los graves, súbele al monitor, yo no me oigo) después de esto no va a querer ver a un “Zandalio” ni por la mirilla de una escopeta.

Fran: pero no hay solo técnicos de luces y de sonido, aquí entre bambalinas está Alberto, manejando el portátil. ¿Se habéis fijado en el montaje tan bonito de fotos que acabamos de ver? Lo ha hecho él utilizando fotos de los ensayos en el local, de la grabación del disco en los estudios FonoRuz en Montilla y del concierto que dieron en noviembre en la Muela para las chicas de Arcoiris.

Enri: no le eches tantas flores al montaje… que para tanto no es. En toda esta semana han tenido tiempo de preparar otro mejor.

Fran: bueno, esperemos que hoy el concierto le guste a la gente y disfruten tanto como la semana pasada.

Enri: sí, y que sepan que aunque estén en un teatro con butacas, no tienen por qué estar todo el tiempo sentados.

Fran y Enri: CON TODOS USTEDES LUCAS RODRÍGUEZ Y CÍA, PRESENTANDO SU PRIMER TRABAJO DISCOGRÁFICO, DONDE LA LUNA SE ESCONDE!!!

Enri (en voz baja, entre aplausos): Fran, te has acordado de saludar a las autoridades??

Fran: si, si

Enri: vámonos entonces.




Escrito y presentado por Enrique y Fran.

lunes, 23 de enero de 2012

Presentación del disco "donde la luna se esconde" de Lucas Rodríguez y Cía. Teatro de Montalbán

Señor Alcalde, autoridades, amigos y amigas… Buenas noches a todos.

Estamos aquí hoy para ver y escuchar el trabajo de unos artistas; unos músicos que un día decidieron juntarse, unir sus fuerzas y caminar juntos sobre esta senda difícil, sinuosa, compleja, laboriosa, como es la música. Una senda que al mismo tiempo da una de cal y otra de arena, porque es también bonita, bella, delicada, extensa, maleable y que tiene infinidad de caminos recónditos, secretos, vírgenes por investigar y por explorar.

Son gente que están hilando notas, unas con otras, con los instrumentos en las manos, acoplándose, estudiando las carencias que tiene su compañero para realzar la riqueza de de los sonidos en conjunto. Así logran ser uno y hacerse una piña.

Yo he estado en los ensayos, mientras que montaban una canción nueva, bueno y Pedro López, Inma, Ana Mari, Cristobi, Alberto y Enrique, que los presentó ayer, y mucha más gente, y hemos visto como al principio, cuando empiezan a montar una canción nueva, no suena prácticamente a nada, pero poco a poco se acoplan, se miran, se hablan, hasta que la canción va cogiendo forma y cuerpo.

Creo que fue Pavarotti el que dijo una vez que “aprender música leyendo teoría musical es como hacer el amor por correo”, y yo creo que llevaba razón. Ellos aprenden la música probando, equivocándose y entendiéndose unos con otros hasta que los sonidos se hacen compactos y la canción se cierra. Parece como si escucharas el click, cuando la canción se ha cerrado por completo.

Son músicos, artistas, profesionales y ahora después de esta presentación nos lo van a demostrar, y cuando lo hagan, dependerá todo de nosotros, del apoyo que queramos darle, porque un grupo de música no es nada sin la ayuda y el refuerzo de sus seguidores, de su público. Somos nosotros los que tenemos que decir: oye, pues sí que me gustan, y son de aquí, de Montalbán y de La Rambla. No hace falta ser de Madrid ni de Barcelona…no, de aquí del pueblo, son.

Su primer disco, “donde la luna se esconde”, tiene una diversidad de color muy amplia y por eso, no se puede englobar en un género musical definido. Sus temas van desde canciones de rock, pop, baladas, rumbas, tango argentino… tiene una variedad instrumental amplísima y el derroche de fuerza y su calidad de melodía es espectacular.

Es un trabajo que se ha fraguado con el paso del tiempo. Aunque parezca que es joven, “donde la luna se esconde”, lleva mucho soñándose. Lucas Rodríguez, ha proyectado su deseo de hace años en un disco y le ha dado la altura que se merece algo que es fantasía y de pronto se hace realidad. Una altura que se le ha dado incluso en el nombre: en lo más alto, “donde la luna se esconde”.

Reclutó, como ya dije en otra ocasión, a su hermano Juan Rodríguez, para tocar la batería. Le contó su proyecto, lo que quería hacer y este se puso de momento en marcha y se provocó un efecto llamada, como si se tratara de un imán que atrajo a:
Juan Ortega para los sonidos del bajo,
Miguel Ruz para la guitarra solista,
Vidal Bascón para la guitarra rítmica,
Alfonso Lastres en los teclados y el piano,
Antonio Navarrete, Antonio Zamorano y José Manuel del Río, instrumentos de viento, metales, dos trombones y una trompeta.

Y mientras todo esto ocurría, Lucas, de familia humilde, de familia de carpinteros, al igual que el viejo Gepetto, cuando talló a Pinocho, que ansiaba tanto tener un hijo que después de tallarlo, se durmió con el deseo de que fuera real y cuando despertó, Pinocho había cobrado vida. Pues igual que le ocurrió al viejo Gepetto, Lucas se acostó allí, al filo de la luna y soñó con todas sus fuerzas. Despertó allí, “donde cada mañana la luna se esconde”, y se encontró a un grupo de gente dispuestos a trasformar en música todos los “corazones” que se le ocurriera dibujar “en un trozo de papel”, todas sus partituras.

Y así fue, así pasó, así cobró vida “Donde la luna se esconde” y “Lucas Rodríguez y Cía”.

Lucas tiene 25 años, lleva toda su vida escuchando música, escribiendo y componiendo canciones en chirigotas de carnaval. Por sus circunstancias familiares (su padre y sus hermanos), su vida ha estado siempre muy vinculada a la música. Para él, cuando se trata de hacer una canción, el tiempo no se mira, las horas no pasan y el reloj y el mundo se pueden parar completamente, pero él sigue. Su capacidad de trabajo es espectacular.

El otro día me enseñó otra poesía, otro soneto, por la noche había escrito una canción nueva, supongo que después le sacaría las notas con la guitarra, por la mañana se fue a una entrevista a la radio, a Canal Sur Radio, a presentar este trabajo, que por cierto estuvo muy bien. Todo esto lo hizo cuando terminó de trabajar, es decir, sin faltar a su obligación y… como decía Eloy Vaquero: “y aun le sobró tiempo”. Ya lo creo que le sobró, porque este escenario no se ha montado solo. ¿No os acordáis de aquella poesía del Maestro, que se llamaba “el estudiante intrépido”? que terminaba diciendo “y aún le sobró tiempo”.

Madrugó al trabajo,
Devoró los textos,
Frecuentó las aulas
De sabios maestros,
Y fue bachiller,
Doctor en derecho,
Alcalde, ministro…
Yen el extranjero
Traductor de “comics”,
Poeta con sueldo,
Grave catedrático,…
Y aún le sobró tiempo.

Pues igual. Lucas es otro “estudiante intrépido”, a su manera, por supuesto. O si no juzguen ustedes mismos. Yo solo puedo dejaros con él, con ellos, que es lo que me pidió. Me dijo “preséntame a mi público” y eso es lo que voy a hacer, o eso es lo que he hecho.

Con todos ustedes Lucas Rodríguez y Cía. “Donde la luna se esconde”. Muchas gracias.